Ejercitemos la sabiduría para tiempos venideros


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Durante todo el tiempo que tenemos alejados de la cotidianidad a la que veníamos acostumbrados, he reflexionado sobre cómo podemos ayudarnos, ocuparnos y no solo preocuparnos por lo que está sucediendo. Lógicamente, sólo con oración y los lineamientos de la Sagrada Escritura podemos conseguir respuestas.

Pablo dice en 1 Timoteo 2:1 (BLA): “Exhorto, pues, ante todo, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres…”. ¿Será que Pablo se equivocó al darnos esta instrucción o el Espíritu Santo falló en dar órdenes claras? La respuesta es sin duda no, eso es imposible. Siendo así, tenemos a la mano la Palabra de Dios que nos ayudará a solventar las situaciones que vivimos obteniendo el conocimiento que viene de lo alto.

Ahora bien, en un mundo gobernado por el mal que conspira para disminuir la paz y tranquilidad a los hijos de Dios, afectando no sólo el presente, sino también el futuro social y económico, debemos solicitar de nuestro Padre las acciones que debemos aplicar desde hoy para poder mitigar tan nefastos efectos. ¿De qué manera Dios nos puede transmitir sus instrucciones?

Estimado lector, hagamos una lista corta de las acciones que podemos aplicar para ayudarnos y confirmemos en la Biblia si Dios dejó alguna instrucción con relación a cada punto. De ser así vamos por buen camino.

1. Estemos juntos y mejor aún, unidos

Estas palabras no significan lo mismo. Juntos es estar cerca, es decir, pertenecer a la misma iglesia, comunidad o país. Pero unidos se refiere a un llamamiento de Dios, un mismo sentimiento y hacer esfuerzos entre hermanos para conseguir un beneficio común y bien para todos. Ahora más que nunca, debemos hacerle llegar alimentos a los más necesitados y medicinas.

Lo podemos encontrar en Eclesiastés 4:9-11: Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo?”. Por otra parte, Pablo exhorta en Efesios 4.3 lo siguiente: “…hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz…” (NTV).

2. Autogestión de los servicios

Si usted le pagaba a terceros para que le realizaran estos servicios ahora debe hacerlos usted mismo. Eso le dará buenos frutos a futuro. Me refiero a aprender en este tiempo por vía virtual y gratuita actividades que no requieran de materiales costosos. Incluso los hermanos que dominen un área pueden impartir cursos vía internet.

Para las damas siempre es más sencillo efectuar servicios de barbería y peluquería, coser nuestra ropa, aprender otro idioma, diagramar páginas web, impartir clases a los niños, entre otros. Sin contar la puesta en marcha de los conocimientos de los caballeros para reparar artículos, y demás cosas donde podemos poner nuestros talentos dormidos en práctica.

Romanos 12:2 dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…”. Deuteronomio 32:2: “Goteará como la lluvia mi enseñanza, destilará como el rocío mi razonamiento…”. Proverbios 22:29: ¿Has visto a alguien realmente hábil en su trabajo? Servirá a los reyes en lugar de trabajar para la gente común” (NTV).

3. Administrar de forma eficiente los insumos y adquirirlos con criterio de valor agregado finalmente

Es decir, si algo que voy a comprar es económico, pero su calidad no es buena porque no nutre y se daña con facilidad no es prudente invertir en su compra. Es decir, planificar bien los gastos administrando así mejor los ingresos.

Lucas 14:28-30 señala: “Porque ¿cuál de ustedes, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después de haber puesto los cimientos, y al no poderla terminar, todos los que la vean comiencen a burlarse de él diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar” (RVA-2015).

4. Por último, no hacernos de deudas ni préstamos con intereses a los que no podamos asegurar honrar su pronto pago

Ya sabemos, que en estos momentos las tarjetas de crédito no son instrumentos financieros viables, por lo tanto, solicitar préstamos de otro tipo es un riesgo que Dios nos advierte claramente. Por ejemplo en Proverbios 22:7 “El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta”.

Como usted ve, la palabra de Dios nos exhorta en varias acciones que permiten ejercitar la sabiduría para tiempos venideros y en tiempos actuales.

Dilis de Sánchez

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