74 Aniversario


¡FELIZ ANIVERSARIO!

Hoy, en vez de sentir tristeza y temor, debe haber regocijo y gratitud en toda la comunidad de la IGLESIA BAUTISTA CENTRAL DE CARACAS. La acción de gracias, sobre todo, debe ser el centro de esta celebración. Merece el nombre de personas agradecidas las que publican las bendiciones recibidas por parte del Señor y de los que demuestran un amor altruista para con esta iglesia.

Mucha diferencia hay de las obras que se hacen por amor a las que se hacen por compromiso o por deber. La gratitud en una gran parte de la humanidad no es más que un deseo oculto de querer recibir nuevos beneficios. Pero en la vida cristiana no es así. En el cristianismo, mejor dicho, en la iglesia local, deben prevalecer dos cuestiones: ¿Cómo nos ha tratado Dios a nosotros como iglesia? ¿Cómo nos hemos portado nosotros con Dios y la iglesia?

Es tan grande el placer que se experimenta al encontrar una iglesia agradecida que vale la pena el arriesgarse a hacer lo mejor para ella y para el Señor. ¡La gratitud cristiana y la acción de gracias a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, es el corazón de la vida de la iglesia local y de cada creyente en particular!

El celebrar el septuagésimo cuarto aniversario de nuestra iglesia, no es otra cosa que transitar por caminos de gloriosas y bendecidas experiencias y también por caminos de pruebas y sufrimientos. En nuestro andar como iglesia hay experiencias maravillosas y experiencias de feroces enemigos de la congregación. Como bien lo expresó el apóstol Pablo: “Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder”. Hechos 26: 22.

Hemos tenido grandes triunfos y duras pruebas, risas y lágrimas, tiempo de cosecha y tiempo de pérdida, tiempo de paz y tiempo de guerra (Eclesiastés 3: 1-8). Pero Dios ha puesto eternidad en el corazón de cada miembro de la IGLESIA BAUTISTA CENTRAL DE CARACAS. Salmo para la congregación en este 74 aniversario: “¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah… Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.” Salmos 84: 1-4, 10.

Debido a que Dios nos ha creado a su imagen y nos salvó con la sangre preciosa de su Hijo Jesucristo, vislumbramos un futuro de mayor disfrute con el Señor, con los hermanos de la iglesia y también con tantos apreciados y recordados hermanos que formaron parte de la membresía de esta cumpleañera, hoy en otros países y continentes de nuestro mundo.

Al celebrar estos 74 años, con la fe y la gracia que hemos recibido del Señor, decimos como Samuel: “Eben-ezer”. Si el pagano rey Nabucodonosor pronunció estas justicieras palabras: “Con mis mejores deseos de paz y abundancia para todos los pueblos de la tierra, yo, el rey Nabucodonosor, quiero contar las cosas tan maravillosas que el Dios altísimo ha hecho conmigo. ¡Qué grandes son sus milagros y maravillas! Su reino durará para siempre, y su poder nunca tendrá fin”, (Daniel 4: 1-3, lenguaje actual), ¡cuánto más una iglesia como la nuestra debe hacerlo tributando al Señor toda la gloria debida a su nombre!

Aunque confinados actualmente en nuestras casas, resulta un buen momento para sentir una inmensa gratitud a nuestro Dios, que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2: 9).

“A él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”, Efesios 3:21.

¡FELIZ ANIVERSARIO!

E.D.A.