La vida es como el mar,
a veces hermoso,
a veces tenaz.
Tan dual es la vida,
como lo es también el mar.
Pues son un mundo de maravillas
y también de amarguras por explorar.
Pues la vida se compara tanto al mar,
en que ambos en su silencio,
impredecibles han de estar
y aunque sus misterios sean voraz,
sentido solo han de tener
al que espiritualmente despierto está.
Stephanie Morillo