La hora de la fe | #317


No es frecuente encontrar en los devocionales de lecturas cristianas evangélicas meditaciones relacionadas con movimientos, grupos, individuos y organizaciones diametralmente opuestas a la fe cristiana o enseñanza bíblica. Sin embargo, en esta ocasión nos ocuparemos del movimiento anticristiano denominado la Nueva Era.

El movimiento, tan fuerte en nuestros tiempos, se compone de diferentes religiones asiáticas y orientales, tales como el hinduismo y budismo, pero se encuentra esparcido por todo el mundo y muy arraigado en nuestro país.

Sus creencias incluyen la astrología, el horóscopo, el zodíaco, el espiritismo, la lectura de las manos, la meditación trascendental, el yoga y otras fuentes filosóficas-religiosas relacionadas de una u otra manera con las anteriores. Por ejemplo, el llamado “humanismo” está relacionado con la Nueva Era.

La Nueva Era usa términos tales como: Grandes Maestros, Nuestra Madre Tierra, Karma, Espíritu de la Navidad y Mente Positiva. Encuentra “verdad” en cualquier religión (léase sincretismo). Es decir, sostiene que hay una sola verdad y que somos uno con esa verdad. Por eso los seguidores de la Nueva Era hablan de “uno” con la Madre Tierra, uno con el Universo o uno como Dios. Ellos creen que todo es Dios. El Dios personal de la Biblia es sustituido por el dios impersonal representado por la energía universal, poder o conciencia. Se describe a Dios como “Mente, Luz, Amor y Verdad”. Por eso, como todo es Dios, todo humano, créalo o no, es Dios, y esto hace que se vea todo lo que hay en el Universo como Divino (léase panteísmo).

En tal movimiento no se practica la forma de adoración como un “cuerpo”, ya que el movimiento religioso o filosófico cree que todos somos divinos, dioses; por lo tanto, si algo hay que adorar es al individuo mismo. La meta es el conocimiento, la energía, el poder, no la devoción al Dios Creador del Universo. Esto es lo que hace a este movimiento tan popular y atractivo para mucha gente en nuestros tiempos: somos divinos, somos dioses, somos poderosos de mente.

Pero, ¿qué enseña la Biblia? Ella sostiene que hay una sola verdad: Jesucristo (Juan 14:6). Ella enseña que hay “… un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos y en todos”, Efesios 4:6. Ella también enseña: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principiado y potestad”, Colosenses 2:8-10.

La Biblia le da a Cristo un lugar de preeminencia. El sistema religioso o filosófico actual denominado Nueva Era no se lo da a Cristo, sino al hombre. La iglesia es el “cuerpo de Cristo” (Romanos 12:5; 1 Corintios 6:15). El creyente tiene la “mente de Cristo” (1 Corintios 2:16). Esos seudocristianos mezclan la religión hinduista y budista con la fe bíblica, ¡vaya herejía! El creyente verdadero sabe que no hay sustituto para Cristo ni para la creencia auténticamente bíblica.

Así que en Cristo estamos completos. Dejemos que Cristo se muestre en nuestras vidas mediante el poder de Su Evangelio. He aquí lecturas bíblicas recomendadas para vencer las patrañas diabólicas: Romanos 16:17,18; Efesios 4:14-16; Colosenses 2:4-7; 1 Timoteo 4:1-18; 1 Juan 2:26.

E.D.A.