La hora de la fe | #420


[fusion_builder_container hundred_percent=»no» hundred_percent_height=»no» hundred_percent_height_scroll=»no» hundred_percent_height_center_content=»yes» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» enable_mobile=»no» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» video_preview_image=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» margin_top=»» margin_bottom=»» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_2″ layout=»1_2″ spacing=»» center_content=»no» link=»» target=»_self» min_height=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»left top» background_repeat=»no-repeat» hover_type=»none» border_size=»0″ border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» dimension_margin=»» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»» last=»no»][fusion_imageframe image_id=»5643″ style_type=»none» stylecolor=»» hover_type=»none» bordersize=»» bordercolor=»» borderradius=»» align=»none» lightbox=»no» gallery_id=»» lightbox_image=»» alt=»» link=»» linktarget=»_self» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»is-style-circle-mask» id=»» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»»]https://ibcentraldecaracas.org.ve/wp-content/uploads/2021/01/ears-1452991_1920.jpg[/fusion_imageframe][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ layout=»1_2″ spacing=»» center_content=»no» link=»» target=»_self» min_height=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»left top» background_repeat=»no-repeat» hover_type=»none» border_size=»0″ border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» dimension_margin=»» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»» last=»no»][fusion_text]

Los milagros del Señor Jesús, registrados por los cuatro evangelistas, fueron treinta y cinco.  Existen diferentes milagros para expresar el concepto bíblico. Se emplean tres palabras distintas para referirse a este vocablo en el Nuevo Testamento: Maravilla,  que indica el asombro que el milagro produce en la gente; señal, que indica una prueba de la cercanía de Dios y de su obra; y obras portentosas, que indica poder divino, superior al orden de la naturaleza y a las fuerzas humanas.

Hay muchas clases de milagros, y si hay que hacer una clasificación lo hacemos de la siguiente manera:

1.  La encarnación y nacimiento de Jesús (Lucas 1:30-35).

2.  Fertilidad (Juan 2:12-12)

3.  De sanidad o curaciones (Lucas 4:18)

4.  De destrucción (Mateo 21:19)

5.  De dominio sobre las fuerzas naturales (Mateo 8:24-26)

6.  De transformación total, como la resurrección de Lázaro (Juan 11:44)

Cuanto más sabemos de los milagros del Señor, más precioso nos resulta confiar en Él. El evangelio según Lucas es especialmente el libro de los milagros; registra un total de veinte milagros. Por ser gentil y médico, Lucas nos presenta a Jesús obrando en todas las clases de milagros, en todos los momentos decisivos e importantes de Su ministerio. Para el Señor, la puerta de los milagros siempre está abierta a lo humano y espiritual, porque para Él desaparecen las barreras culturales, sociales y religiosas.

El Señor Jesús es maravilloso porque es cual bálsamo que mitiga el dolor para el alma angustiada, al saber que es como lo expresa el evangelista Lucas: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.», Lucas 4:18,19.

Es importante suplir las necesidades físicas y económicas de nuestra vida, pero la prioridad es tenerlo a Él, contar con Su ayuda y fortaleza en los momentos más álgidos de nuestros días. Del Señor Jesús siempre podemos esperar lo mejor. Quizás lo que más necesitamos actualmente sea esto: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.», Mateo 11:28-30.

No podemos explicar todos los acontecimientos que suceden en la actualidad, pero sí podemos descansar en el bendito yugo de Cristo, que es la bendición más grande posible en este mundo. ¡No hay milagro como ese!

E.D.A.

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]