La hora de la fe | #506


Al final del capítulo 40 de Isaías, hallamos estos versículos: “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y  multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”, Isaías 40:28-31.

El motivo de la fe, del consuelo y de la esperanza del cristiano es este Dios infinito, Omnisciente y Todopoderoso, incomparable a los demás dioses. La aseveración del profeta Isaías es absolutamente irrefutable. Ninguna persona ni cosa puede compararse a Dios. Definimos a Dios lo mejor que podemos con nuestro conocimiento y lenguaje, pero solo lo limitamos con nuestro entendimiento de Él y Su poder cuando lo comparamos con lo que experimentamos en la tierra.  ¿Cuál es su concepto de Dios, sobre todo cómo se reveló en su Hijo? “¿A qué, pues, me haréis semejante o me comparareis? dice el Santo”, Isaías 40:25.

Aun los cristianos más fuertes se cansan por momentos, pero el poder y la fuerza de Dios nunca disminuyen. Nunca está cansado ni ocupado para dejar de ayudarnos o escucharnos. Cuando sienta que todo en la vida lo aplasta y no pueda dar un paso más, recuerde que puede clamar a Dios, en el nombre de Jesucristo, para que renueve su fuerza, su ánimo, su fe, su confianza y esperanza.

Nadie ha enseñado ni superado a Dios. Todas sus obras de creación, providencia, misericordia y amor fueron y son efectuados sin ayuda de alguien. Es absurdo pensar que Él cuida de Su pueblo menos que los que están en el cielo. “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, Mateo 28:20.

“A ustedes Dios los eligió para que fueran su pueblo.  Cuando Dios los encontró, ustedes andaban por el desierto, por tierras barridas por el viento.  Pero él los tomó en sus brazos y los cuidó como a sus propios ojos.  Dios ha cuidado de ustedes como cuida el águila a sus polluelos.  Dios siempre ha estado cerca para ayudarlos a sobrevivir.  Dios mismo dirigió a su pueblo, y no necesitó ayuda de otros dioses”, Deuteronomio 32:9-12 (TLA).

Hay mucha fatiga hoy y ausencia de fuerzas debido a la consciente incapacidad de vencer los actuales males, pruebas e injusticias. Incluso hay jóvenes carentes de ese poder de Dios. Sin embargo, “Los que esperan a Jehová” cambian su debilidad por la fortaleza del Señor. Esta “espera”  debe ser interpretada como una honrosa confesión de fe en el Señor Jesucristo, debido a que todas las promesas que Dios he hecho se cumplen por medio de Cristo. Por eso, cuando “esperamos a Jehová”, nos mantenemos firmes y esperanzados en Él.

Feliz Año 2022

E.D.A.