La hora de la fe | #536


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Muchos cristianos creen que debemos ignorar a Satanás y a sus ejércitos de demonios. Otros dicen que debemos aprender a luchar contra ellos y estar a la ofensiva, tratando de que entren en la pelea. Y los hay que se divierten con la indiferencia y la mundanalidad. Por otro lado, también hay iglesias que tienen una excesiva y enfermiza fascinación con la expulsión del demonio. Pero ¿qué es lo que dice la Biblia?

Cristo es el objetivo principal del cristiano. ¿Por qué? Porque su plan divino es salvar al pecador, librarlo de todas las potestades diabólicas y guardarlos para la vida eterna (Romanos 8:31-39). En Cristo somos más que vencedores y su amor nos protege de cualquier fuerza invisible de maldad en el universo. Teniendo en mente que solo Cristo puede ayudarnos y guardarnos, decimos como el himnólogo Martín Lutero: «Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo. Con su poder nos librará en todo trance agudo… Y si demonios mil están pronto a devorarnos, no temeremos, porque Dios sabrá cómo ampararnos, ¡Que muestre su vigor Satán, y su furor! Dañarnos no podrá, pues condenado es ya por la Palabra Santa».

Satanás y los demonios no pueden habitar en un verdadero creyente. No es diciendo: «Satanás, yo te reprendo». Si usted es un verdadero cristiano, por favor tome muy seriamente la obra de Cristo en la cruz. Recuerde estas valiosas palabras: «¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?», Romanos 8:31.

Es verdad que Satanás y el mundo, los demonios y la carne se oponen a todo cuanto hace el cristiano para la gloria del Señor; sin embargo, Cristo destruyó por medio de su muerte en la cruz y su resurrección al que tenía el dominio sobre nuestras vidas. Satanás nunca tiene éxito cuando «para mí el vivir es Cristo…». El que confía en Cristo como Señor y Salvador es más que un vencedor.

Cristo da vida y salvación y Satanás no puede quitarlas. Cristo produce fruto espiritual y Satanás no puede evitarlo. Cristo nos revela la verdad y Satanás no puede ocultarla. Cristo tiene dominio sobre la muerte y Satanás no puede evitar que salgamos triunfantes y victoriosos del sepulcro (1 Corintios 15:55-58).

Hoy día Satanás existe y continúa oponiéndose a la obra redentora y salvífica de Cristo. De Él son estas palabras: «Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres», Juan 8:31,32,36. En verdad, ¿usted cree en estas palabras de Cristo? Si lo cree, entonces aprópiese de ellas porque el vigor de Satanás y su furor dañarle no podrá.

E.D.A.

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