[fusion_builder_container hundred_percent=»no» hundred_percent_height=»no» hundred_percent_height_scroll=»no» hundred_percent_height_center_content=»yes» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» enable_mobile=»no» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» video_preview_image=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» margin_top=»» margin_bottom=»» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_2″ layout=»1_2″ spacing=»» center_content=»no» link=»» target=»_self» min_height=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»left top» background_repeat=»no-repeat» hover_type=»none» border_size=»0″ border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» dimension_margin=»» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»» last=»no»][fusion_imageframe image_id=»2314″ style_type=»none» stylecolor=»» hover_type=»none» bordersize=»» bordercolor=»» borderradius=»» align=»none» lightbox=»no» gallery_id=»» lightbox_image=»» alt=»» link=»» linktarget=»_self» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»is-style-circle-mask» id=»» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»»]https://ibcentraldecaracas.org.ve/wp-content/uploads/2020/04/pray-2558490_1920.jpg[/fusion_imageframe][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ layout=»1_2″ spacing=»» center_content=»no» link=»» target=»_self» min_height=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»left top» background_repeat=»no-repeat» hover_type=»none» border_size=»0″ border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» dimension_margin=»» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»» last=»no»][fusion_text]
Nunca el mundo perdería la paz si no olvidase a Dios. La historia del nacimiento de Jesús vino acompañado de un cántico de paz (Lucas 2: 14). Ciertamente, uno siente miedo por su país y por el mundo cuando piensa que no hay paz. Dios es el Dios de paz (1 Tesalonicenses 5: 23) y ofrece una paz que sobrepasa todo entendimiento humano (Filipenses 4: 7). La paz es el fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5: 22).
En 1 Timoteo 2: 1-4 el apóstol Pablo se refiere a la tranquilidad y sosiego del mundo con estas palabras: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”.
Esta lectura define el “partido” en el cual debe militar el cristiano: el partido de la paz. Por ser hijos de Dios, los creyentes anhelan la paz de todas las naciones. Aunque Dios es Todopoderoso y Omnisciente, Él nos ha salvado para que le ayudemos a cambiar el mundo por medio de nuestras oraciones.
El mandato de Pablo de orar por los gobernantes es digno de encomio, tomando en cuenta que por ese entonces el emperador romano Nerón, era un gobernante cruel. Cuando el apóstol escribió la carta a Timoteo la persecución era una amenaza creciente para los creyentes. Más tarde, cuando en el año 64 D.C., necesitó un chivo expiatorio para justificar el gran incendio que destruyó una buena parte de Roma, culpó a los cristianos para desviar la atención de sí mismo. Luego la persecución se esparció por todo el imperio romano. No sólo se privó a los cristianos de ciertos privilegios en la sociedad, sino que algunos fueron públicamente muertos de manera cruel, quemados o echados a las fieras.
Tanto Pablo como Pedro dicen que Dios quiere que todas las personas sean salvas (2 Pedro 3: 9). Esto no significa que todos los gobernantes, reyes y autoridades serán salvos, sino que el mensaje del Evangelio y las oraciones del pueblo cristiano tienen un alcance mundial y que muchos podrán llegar al conocimiento de la verdad. Lo cierto es que Dios ama a todo el mundo (Juan 3: 16). Nunca el cristiano debe asumir que alguien está fuera de la salvación de Dios.
La oración del creyente ayuda a mantener la paz en nuestra sociedad. En la medida en que los cristianos oramos por los líderes gubernamentales, Dios protege y bendice a las naciones, y Su iglesia está más libre de los hombres impíos. Si el cristiano ora sólo para satisfacer sus necesidades, tiene un punto de vista muy bajo de la oración. ¡Cuánto necesita nuestro país de las oraciones de los verdaderos cristianos! Cristo murió por todos los hombres y Dios QUIERE que todos sean salvos.
Por consiguiente, el cristiano debe orar por todo el mundo. ¡Venezuela necesita de nuestras oraciones! ¡El mundo desnaturalizado, impío, vergonzoso necesita ser transformado por Cristo! Orar es la prioridad para tanta gente sin esperanza eterna y para una sociedad mejor. Si decimos que amamos a Dios, hay que amar también a los que viven en la oscuridad del pecado. La oración cristiana es la mayor fuerza espiritual que existe para salvar a los reyes, gobernantes, autoridades y toda clase de gente practicante de las obras de la carne (Gálatas 5: 19-21).
E.D.A.
[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]